Enero 2009. La presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner anunció la creación de una Comisión Nacional de Investigación que tendrá a su cargo la evaluación sanitaria y el impacto ambiental que está generando el uso de plaguicidas en los cultivos de soja. La noticia sorprendió a los medios y seguramente a la transnacional Monsanto, cuyo producto estrella, el glifosato, estará en el centro de la investigación debido a los grandes volúmenes del herbicida que se utilizan en esos cultivos.
La comisión dependerá del Ministerio de Salud y su creación fue publicada el 19 de enero en el Boletín Oficial mediante el decreto 21/09. Informaciones publicadas en la prensa señalan que ya hay un grupo de técnicos trabajando en las denuncias en los campos aledaños al barrio Ituzaingó, de la provincia de Córdoba, donde existen más de 200 casos de cáncer como resultado de las aplicaciones reiteradas de glifosato y endosulfán.La comisión estará integrada por la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable, la Secretaría de Agricultura de la Nación, el INTI, el INTA y el Ministerio de Salud. Por otro lado, se “invita al Consejo Federal de la Salud (Cofesa)” a participar de la investigación junto con autoridades de organismos públicos, universitarios, gremiales y científicos. Según el decreto, “resulta imperioso examinar y promover opciones más seguras para el ambiente y todos los seres vivos, en el uso de químicos”. Entre los objetivos más importantes a cargo de la comisión se encuentran “desarrollar estrategias de acción para promover el uso racional de los productos basados en glifosato”, así como identificar los problemas generales en la atención sanitaria de la población afectada. El mismo día de la publicación del decreto, el Foro Ciudadano de Participación de la Justicia y los Derechos Humanos difundió un crítico informe sobre la utilización del herbicida glifosato y sus consecuencias en la salud humana, animal y en el medio ambiente del país. El análisis destaca que “los efectos en humanos incluyen irritaciones dérmicas y oculares, náuseas y mareos, edema pulmonar, descenso de la presión sanguínea, reacciones alérgicas, dolor abdominal, pérdida masiva de líquido gastrointestinal hasta destrucción de glóbulos rojos”. El glifosato es el agroquímico más usado por los productores sojeros de la Argentina. En el país lo produce la empresa Monsanto, que lo comercializa con el nombre de Roundup. También el endosulfán se usa con los mismos fines. Es un producto de la multinacional química Dupont. Estudios médicos realizados por la Universidad de Buenos Aires, el Hospital Italiano de Rosario y el Instituto de Medicina Regional de Resistencia, Chaco, que depende de la Universidad del Nordeste, comprobaron que el contacto de esos químicos a través de la piel, los ojos, las vías respiratorias y el agua tiene gravísimas consecuencias para la salud. Los estudios comprobaron que ambos agrotóxicos pueden producir malformaciones en los fetos, dificultades para la fertilidad, enfermedades respiratorias, cáncer y problemas dermatológicos. El objetivo, según expresó anteriormente la ministra de Salud, Ocaña, será garantizar la vigilancia epidemiológica y conocer lo más rápido posible cuáles son las intoxicaciones que afectan a la población en las distintas provincias del país. “Cualquier ciudadano puede pedir estudios de casos y hacer denuncias sobre su población”, subrayó Ocaña. El Ministerio de Salud ya habilitó una línea telefónica gratuita (el número es 0800-3450044) para recibir denuncias sobre contaminación con agroquímicos. También se podrán enviar denuncias por mail entrando al sitio de internet Ministerio de Salud de la Nación.Un motivo de preocupación para la Red de Acción en Plaguicidas de Argentina (CETAAR-RAP Argentina) es que a pesar que la iniciativa de la Presidenta de la República, Cristina Kirchner, planteó la investigación de los plaguicidas que se usan en Argentina, en general, las acciones desarrolladas hasta ahora se centran exclusivamente en el glifosato. Al respecto, el ingeniero agrónomo (Ms.Sc.) Javier Souza Casadinho, de CETAAR y coordinador nacional de RAP-Chile, emitió un pronunciamiento en el documento “¿ES SOLO EL GLIFOSATO? ACERCA DE LA UTILIZACIÓN E IMPACTO D E LOS PLAGUICIDAS EN LA AGRICULTURA ARGENTINA”.
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